14.6.04

Tu nariz.

Estiro una mano, internándola en la noche, creyendo que quizás se pierda en una oscuridad fría y húmeda. Pero encuentro tu nariz.
Tu nariz... que es el comienzo de todo un universo contiguo y anhelado.
Es el límite entre la nada y vos. Es el primer escalón hacia tus besos.
Es el punto de avistamiento preferido de mis ojos, que se acomodan a una distancia prudencial para poder disfrutar del paisaje que ofrecen los tuyos.
Es la más tierna interlocutora de mi nariz... que se desarma de ternura cuando, en una breve conversación en su propio lenguaje, comprende que del otro lado hay alguien que siente las mismas cosquillas al producirse tan ansiado contacto.
Quizás ahora y en las sucesivas oscuridades en que estire una mano y toque tu nariz, continúes sonriendo ante mi gesto... pero con más complicidad al saber todo lo que representa ese acontecimiento.

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