24.6.04

Hoy azul.

Sí... hay días, como hoy, en que me siento azul. Nunca puedo terminar de explicar lo que esto realmente representa...
Suelen mirarme con extrañeza cuando mis ojos se humedecen de repente sin razón aparente. Pero es difícil mostrar cómo son las cosas por dentro... cómo mi interior se tapiza de una especie de terciopelo muy oscuro... azul, por supuesto, con un leve brillo que sólo es perceptible a la luz de la luna.
Y la sensación es casi de tristeza.
Como las tardes en que te vas... y de inmediato el cielo se puebla de bandadas de melancólicos pájaros que parecen perseguirte y llevarte mis ojos.
O las noches en que la luna me mira. Ella me comprende, es su guiño cómplice el que provoca mis lágrimas y ése cálido resplandor que se queda atrapado en mi mirada.
Azul... así como un charco de miel que se parece demasiado a un espejo reflejando la noche... pero que no termino nunca de poder describir.

14.6.04

Tu nariz.

Estiro una mano, internándola en la noche, creyendo que quizás se pierda en una oscuridad fría y húmeda. Pero encuentro tu nariz.
Tu nariz... que es el comienzo de todo un universo contiguo y anhelado.
Es el límite entre la nada y vos. Es el primer escalón hacia tus besos.
Es el punto de avistamiento preferido de mis ojos, que se acomodan a una distancia prudencial para poder disfrutar del paisaje que ofrecen los tuyos.
Es la más tierna interlocutora de mi nariz... que se desarma de ternura cuando, en una breve conversación en su propio lenguaje, comprende que del otro lado hay alguien que siente las mismas cosquillas al producirse tan ansiado contacto.
Quizás ahora y en las sucesivas oscuridades en que estire una mano y toque tu nariz, continúes sonriendo ante mi gesto... pero con más complicidad al saber todo lo que representa ese acontecimiento.

7.6.04

Detrás de tus párpados...

Qué difícil es encontrarte cuando jugás a esconderte detrás de tus párpados... Es como si el mundo me encerrara fuera de vos y me arrinconara contra una puerta blindada y enorme que no se cómo sortear.
Recorro cada uno de tus rasgos intentando adivinar la contraseña que me permita acceder a tu interior, beso tu nariz deseando que sea suficiente llamada... me enredo en tus pestañas como último desesperado intento...
Entonces tus ojos se abren, acariciando los mios... un sendero color violeta oscuro se perfila en tus pupilas y refleja mis lágrimas.
"Por favor, amor... No me dejes afuera."

3.6.04

Sombras a la luz de la luna.

La noche aprendió a colarse en los escasos resquicios vacíos que quedaban entre tu piel y la mía. Se emborrachó del dulce placer que rezumaban nuestros ojos, conectados entre sí por un haz de luz imperceptible capaz de disipar el frío y la oscuridad suave, tersa que nos rodeaba, acariciándonos; queriendo participar del mágico ritual de amarnos, envidiosa de tanto derroche de ternura.
Quisiera poder manejar el tiempo a mi antojo... es tan fría mi cama sin tus brazos...

2.6.04

Aprender a desviar la trayectoria antes de estrellarse contra la pared.

Y porque a veces pasa, no...? Que uno no mide, acelera y aprieta con fuerza los párpados hasta ver todo de un color morado rojizo que nos hace olvidar de la pared que hay enfrente. Y cuando abrís los ojos tenés dos opciones: hacerte panqueque humano o exigir tus reflejos al máximo para desviarte un centímetro antes de saborear la pintura celeste pastel del muro en cuestión.
Pero otras veces alguien nos toca un hombro a tiempo, nos despabila con suavidad y hasta es posible que nos haga sonreir... Entonces ahí ocurre lo inesperado... el muro desaparece! =)
Y ya no aceleramos ni apretamos los párpados sino que nos dejamos llevar por la brisa con los ojos entornados.
Un dedo en el hombro puede salvar el mundo.

1.6.04

Comenzando a dibujar con humo en el vacío.

Quizás este sea sólo un intento por dejar huellas a medida que me desplazo en el silencio que me rodea.
En una de esas es un puente hasta a vos, para que puedas entenderme un poquito más. Aunque a veces ni yo quisiera comprenderme... descifrar las palabras no siempre es el objetivo de este tipo de cosas. Con que lo que intento decir llegue a destino y en algún punto se hunda en tu interior, sin ahogarse... alcanza.
Dibujo espirales multicolores en el aire... había perdido esa costumbre.
Esto es todo lo que, de momento, tiene por decir esta errante tejedora de humo.