29.1.09

"El Che ha muerto y a mí no me queda más que silencio"

París, 29 de octubre de 1967

Roberto, Adelaida, mis muy queridos:

Anoche volví a París desde Argel. Solo ahora, en mi casa, soy capaz de escribirles coherentemente; allá, metido en un mundo donde sólo contaba el trabajo, dejé irse los días como en una pesadilla, comprando periódico tras periódico, sin querer convencerme, mirando esas fotos que todos hemos mirado, leyendo los mismos cables y entrando hora a hora en la más dura de las aceptaciones. Entonces me llegó telefónicamente tu mensaje, Roberto, y entregué ese texto que debiste recibir y que vuelvo a enviarte aquí por si hay tiempo de que lo veas otra vez antes de que se imprima, pues sé lo que son los mecanismos del télex y lo que pasa con las palabras y las frases. Quiero decirte esto: no sé escribir cuando algo me duele tanto, no soy, no seré nunca el escritor profesional listo a producir lo que se espera de él, lo que le piden o lo que él mismo se pide desesperadamente. La verdad es que la escritura, hoy y frente a esto, me parece la más banal de las artes, una especie de refugio, de disimulo casi, la sustitución de lo insustituible. El Che ha muerto y a mí no me queda más que silencio, hasta quién sabe cuándo; si te envié este texto fue porque eras tú quien me lo pedía, y porque sé cuánto querías al Che y lo que él significaba para ti. Aquí en París encontré un cable de Lisandro Otero pidiéndome ciento cincuenta palabras para Cuba. Así, ciento cincuenta palabras, como sin uno pudiera sacarse las palabras del bolsillo como monedas. No creo que pueda escribirlas, estoy vacío y seco, y caería en la retórica. Y eso no, sobre todo eso no. Lisandro me perdonará mi silencio, o lo entenderá mal, no me importa; en todo caso tu sabrás lo que siento. Mira, allá en Argel, rodeado de imbéciles burócratas, en una oficina donde se seguía con la rutina de siempre, me encerré una y otra vez en el baño para llorar; había que estar en un baño, comprendes, para estar solo, para poder desahogarse sin violar las sacrosantas reglas del buen vivir en una organización internacional. Y todo esto que te cuento también me avergüenza porque hablo de mí, la eterna primera persona del singular, y en cambio me siento incapaz de decir nada de él. Me callo entonces. Recibiste, espero, el cable que te envié antes de tu mensaje. Era mi única manera de abrazarte, a ti y a Adelaida, a todos los amigos de la Casa. Y para ti también es esto, lo único que fui capaz de hacer en esas primeras horas, esto que nació como un poema y que quiero que tengas y que guardes para que estemos más juntos.


Che

Yo tuve un hermano.

No nos vimos nunca
pero no importaba.

Yo tuve un hermano
que iba por los montes
mientras yo dormía.
Lo quise a mi modo,
le tomé su voz
libre como el agua,
caminé de a ratos
cerca de su sombra.

No nos vimos nunca
pero no importaba,
mi hermano despierto
mientras yo dormía,
mi hermano mostrándome
detrás de la noche
su estrella elegida.


Ya nos escribiremos. Abraza mucho a Adelaida. Hasta siempre,

Julio


(extraída del libro "Fervor de la Argentina" de Roberto Fernández Retamar © 1993, Ediciones del Sol, Buenos Aires, Argentina)

{Fuente}

Premonición

Soñé que habías muerto. La angustia que se apoderó de mí al alba fue tan grande que las lágrimas resbalaron por mi rostro sin que pudiera controlarlas.
Estaba seguro de que había sido un sueño, pero tan vívido... que me pesaba en el pecho de sólo recordarlo.
Encima te hallabas lejos, qué peor jugarreta para mis sentidos que el no poder constatarte.
Intenté llamarte sin éxito. Necesitaba un leve atisbo de vos para poder tranquilizar mi espíritu y no podía obtenerlo. Decidí salir a caminar.
El mundo se había contagiado mi decadente ánimo. El cielo de un gris plomizo parecía a punto de derrumbarse sobre mí. Me encaminé hacia la playa. El mar era mi confidente desde que tenía memoria.
El viento soplaba contra mi cuerpo casi impidiéndome avanzar, la arena en los ojos me cegaba por completo. El mundo parecía haberse complotado para que mi alma no pudiese aliviarse.
El sonido del mar no ayudó más que a sentirme pequeño, y conmigo vos. Mis ojos cerrados me trajeron nuevamente las imágenes de pesadilla y tuve que correr hasta un teléfono para no enloquecer.
Por fin pude oír tu voz al otro lado. Y no fue suficiente para tranquilizarme. Te sentí lejana, ajena... distinta. Como si algo de vos hubiese muerto realmente en mi sueño. No supe qué hacer y corté la comunicación. No soportaba mis propias sospechas. No podía contra mi propia mente que me arrinconaba.
Te veía volver a morir una y otra vez; y con cada una de ellas mi certeza de que tu voz al otro lado de la línea no era la de la mujer que yo conocía y amaba, crecía a pasos agigantados.
La mañana siguiente me descubrió insomne mirando a través de la ventana. Los ojos enrojecidos me ardían de tanto llorar.
La azafata recibió temerosa el boleto de avión de las manos de un hombre desencajado. ¿Para qué molestarme en disculparme si jamás comprendería mi desesperación?
Llegué hasta el umbral de su casa y mi corazón latía desaforado. Rogué al cielo y al infierno equivocarme.
Sus ojos asustados se posaron en mí y me tendió una mano al reconocerme. Me abrazó como siempre, me llenó de preguntas.
Algo faltaba, algo era distinto, algo nunca más sería igual. Tuve que resignarme y hacer de tripas corazón ante su confundida mirada. Me hizo la promesa que le pedía, era la única manera de que yo pudiera tranquilizarme. Accedió a mi absurdo pedido, a mi irrealizable deseo, y la amé por ello. Porque después de todo, algo en su interior seguía estando conmigo.
Por favor no te mueras mientras yo esté despierto...

{Natalia Cáceres 27/1/09}

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:D Estoy contenta. Hacía rato que no escribía nada. Mucha inyección cortazariana dio resultado. Este cuento salió en base a una lista de pedidos de amigos sobre temas específicos. Este debía tratarse sobre la desolación. Surgió después de leer "Ahí pero dónde, cómo". Este cuento disparó una serie de imágenes que venían rondando mi mente desde hace tiempo.

La imagen se llama "Ausencia", es de aca y no podia venir mejor al caso ^^

26.1.09

La odisea del globo que no fue muy lejos XD

Comenzaba el 2009 y habia que hacer algo distinto (?) Compramos dos globos de esos aerostáticos o como se llamen... el primero se quemó muy rápido.
Ahí va el segundo.
Le pusieron toda la garra, las ganas y la emocion que merecia la primera vez que se hacen este tipo de cosas... pero el viento y la inexperiencia jugaron en contra. No se si se aprecia, pero en un momento el globo da una vuelta loca y de ahi en mas se descontrola, como si se hubiese mareado.
Por suerte la cámara no captó su trágico final u.u