23.11.08

Escondite


"No... no puede ser verdad...." quiso articular, pero las palabras no brotaban de sus labios. Así y todo era capaz de oírlas, parecían rebotar dentro de su mente como en una especie de cúpula.
Ante sus ojos se hallaba el más extraño bosque que hubiese podido remotamente imaginar. Los troncos de los árboles eran transparentes, semejantes al cristal. Sus hojas, finísimas filigranas plateadas colgaban aquí y allá.
Sentía temor de dar un paso o apoyarse en un lugar inadecuado y que todo se hiciera trizas en un segundo. Era tan bello el paisaje que sintió ganas de llorar.
Se internó con sumo cuidado entre la cristalina vegetación. La luna lo iluminaba todo como si hiciera falta realzar aún más lo irreal del lugar.
Pequeñas polillas formaban nubes inquietas arremolinándose por los rincones, queriendo esconderse sin lograrlo. La transparencia reinaba por sobre todas las cosas en aquel extraño paraje.
Por un momento se creyó perdida, cosa que no le preocupó en absoluto. Sentía que la inundaba una sensación de paz demasiado intensa para ser empañada. No lograba recordar cómo había llegado hasta allí ni dónde se hallaba inmediatamente antes. Era como si su memoria se hubiese borrado, como si entrar allí significase volver a nacer.
No supo cuánto tiempo vagabundeó extasiada, admirando cada nuevo detalle que descubría a su paso. La fauna del bosque consistía en animalitos demasiado fantásticos para que sus palabras lograran definirlos. Todos ellos poseían una descripción común pese a sus diferencias. "Fragilidad", pensó... "todo aquí es frágil, y sin embargo, irrompible".
En ese mismo instante un sonido inundó el silencio. La música de una flauta dulce deshizo el mutismo transformándolo en un hechizo encantador. No pudo más que buscar la proveniencia de tan irresistible llamado.
Se sentía sonámbula. Lo surreal de la escena la obligaba a intentar descubrir los detalles que le dieran la razón. Tenía que estar soñando, y sin embargo, no sentía deseos de despertar.
En medio del bosque de cristal, en un claro donde danzaban cientos de luciérnagas, se hallaba la fuente de la música que la hipnotizara.
Sentada sobre una piedra blanca, una niña vestida de blanco soplaba abstraída una flauta blanca. Arrancaba las notas como si fuesen una extensión de su propio ser.
Se sentó ante ella, delante de la piedra, y escuchó su canción. Observó sus ojos, dos monedas de plata, inundarse de lágrimas al posarse sobre su figura. El lánguido sonido de la flauta se tornó aún más dulce, si eso fuese posible.
Al silenciarse las notas, la niña le dedicó una sonrisa luminosa y le dio la bienvenida con los brazos abiertos.
-¡Mamá! Yo sabía que un día ibas a encontrar el camino para llegar hasta aquí...
Por unos segundos interminables, no comprendió qué sucedía. Entonces de a poco reconoció a la pequeña. Pero sólo atinó a preguntarse:
"¿Qué es este lugar?"
-Es donde me escondo.
"¿De qué te escondes?"
-Del mundo.
"¿Por qué?"
-Porque el mundo no está preparado para la fragilidad.
En ese momento no pudo contener las lágrimas.
-No llores, mamá... algún día lo estará, y entonces yo despertaré.
Se abrazaron con fuerza una vez más. Entonces la madre abrió los ojos y el mundo volvió a su lugar, junto con los recuerdos.
A su lado en una camilla, su hija en coma desde hacía quince años, le tomaba la mano. Una mano anegada de arrugas que el tiempo en este lado del mundo no lograba detener.
-Algún día, mi niña...-susurró acariciando sus cabellos sin creer del todo en sus propias palabras, pero queriendo... queriendo con toda su alma que fueran ciertas- Algún día...

17.11.08

Julio y Alejandra



Aquí Alejandra

A Alejandra Pizarnik

Bicho aquí,
aquí contra esto,
pegada a las palabras
pegadate reclamo.

Ya es la noche, vení,
no hay nadie en casa

salvo que ya están todas
como vos, como ves,
intercesoras,

llueve en la rue de l’Eperon
y Janis Joplin.

Alejandra, mi bicho,
vení a estas líneas, a este papel de arroz
dale abad a la zorra,
a este fieltro que juega con tu pelo
(Amabas, esas cosas nimias
aboli bibelot d’inanité sonore

Venga, las gomas y los sobres
Venga, una papelería de juguete
Venga, el estuche de lápices
Venga, los cuadernos rayados)

Vení, quedate.
tomá este trago, llueve,
te mojarás en la rue Dauphine,
no hay nadie en los cafés repletos,
no te miento, no hay nadie.

Ya sé, es difícil,
es tan difícil encontrarse

es tanteste vaso es difícil,
es tanteste fósforo,

y no te gusta verme en lo que es mío,
en mi ropa en mis libros
y no te gusta esta predilección
por Gerry Mulligan,

quisieras insultarme sin que duela
decir cómo estás vivo, cómo
se puede estar cuando no hay nada
más que la niebla de los cigarrillos,
como vivís, de qué manera
abrís los ojos cada día

abris loNo puede ser, decís, no puede ser.

Bicho, de acuerdo,
vaya si sé pero es así, Alejandra,
acurrucate aquí, bebé conmigo,
mirá, las he llamado,
vendrán seguro las intercesoras,
el party para vos, la fiesta entera,

el partyErszebet,
el partyKaren Blixen

ya van cayendo, saben
que es nuestra noche, con el pelo mojado
suben los cuatro pisos, y las viejas
de los departamentos las espían

burbujLeonora Carrington, mirala,
burbujUnica Zorn con un murciélago
burbujClarice Lispector, agua viva,

burbujas deslizándose desnudas
frotándose a la luz, Remedios Varo
con un reloj de arena donde se agita un láser
y la chica uruguaya que fue buena con vos
sin que jamás supieras
su verdadero nombre,

qué rejunta, qué húmedo ajedrez,
qué maison close de telarañas, de Thelonius
que largaonhermosa puede ser la noche
con vos y Joni Mitchell
con vos y Hélène Martin
con vo,con las intercesoras

animulaon las iel tabaco
vagulaon las iaAnaïs Nin
blandulaon las vodka tónic

No te vayas, ausente, no te vayas,
jugaremos, verás, ya están llegando
con Ezra Pound y marihuana
con los sobres de sopa y un pescado
que sobrenadará olvidado, eso es seguro,
en un palangana con esponjas
entre supositorios y jamás contestados
etelegramas.

Olga es un árbol de humo, cómo fuma
esa morocha herida de petreles,
¿Ves by Natalia Ginzburg, que desteje
¿Ves bel ramo de gladiolos que no trajo.

¿Ves bicho? Así. Tan bien y ya. El scotch,
Max Roach, Silvina Ocampo,
alguien en la cocina hace café

alguiensu culebra contando
alguenidos terronesontun beso
algueinLéo Ferré

No pienses más en las ventanas
el detráses masel afuera

Llueve en Rangoon—

Llueve en Rangoon—Y qué.

Aquí los juegos. El murmullo

Aqui lo(Consonantes de pájaro
Aqui lovocales de heliotropo)

Aquí, bichito. Quieta. No hay ventanas ni afuera
y no llueve en Rangoon. Aquí los juegos.

(Julio Cortázar)





Les recomiendo espiar este blog: ALEJANDRA PIZARNIK: PÚBLICA Y SECRETA
Está increíblemente lleno de Pizarnik. Saqué bastantes imágenes de allí.

2.11.08

Deseos inoportunos


Un genio recién liberado paseaba por Agronomía justo cuando María, desde el colectivo, deseaba "Quisiera ser caballo".
Lo próximo que ella supo fue que el sol acariciaba sus crines y el pasto crujía a cada bocado.
Menudo susto se pegó el novio cuando su contigua María lanzó un inesperado relincho.