1.10.04

Duendes.

Existen seres que se cuelan por entre los pliegues de nuestras pestañas mientras soñamos con los parajes más extraños.
Se acercan sigilosos y nos acarician el rostro con sus manos heladas para que no lloremos (tanto).
Nos señalan los resquicios que a veces no vemos entre la niebla para que no nos perdamos el ojo de la luna.
Nos contagian su risa pura y despreocupada para que quienes nos rodean se percaten que de estamos locos.
Dibujan con su magia en el aire las más inverosímiles imágenes... esas que alguna vez presentimos, pero que nunca nos atrevimos a materializar.
Los duendes nos tiran de las mangas para instarnos a escribir cosas como esta, que a veces no estamos demasiado seguros de dónde surgen...
No podemos evitar, por sobre todas las cosas, amarlos por su naturaleza etérea y sus contagiosas alas.
Feliz cumpleaños, Nino/Shizué, mi duende de luz y oscuridad...

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