24.9.04

Perfume de violetas.

Una cama que te incluye (puentes creados sólo por palabras surcando una oscuridad que nos conecta) constituye un intrínseco universo en el cual deseo extraviarme.
Los senderos que se dibujan sobre las sábanas convergen siempre en tu pecho ("Guardame en tu pecho,
mi sueño entre tus manos. Protegeme, soy vulnerable.
Necesito creer.") exorcizando melancolías de mi piel.
Un aroma de violetas reina flotando en la noche.
Necesito decirte que te amo hasta con las pestañas. Y con los dedos de los pies también. Sí.

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